YO PIENSO
Instalación; serie de 10 pinturas (técnica mixta sobre lienzo) sobre estructura de metal
Munar, Miranda Bosch Gallery, Buenos Aires, 2021.
Hace un tiempo di con un dibujo que Charles Darwin había hecho en su libreta de apuntes mientras hacía su expedición a bordo del Beagle en busca de pruebas vivas y fosilizadas de su teoría de la evolución. Se trataba de un bosquejo, una especie de árbol, casi un garabato, ha decir verdad, en el que por primera vez hacía el diagrama del proceso evolutivo que describía la vida misma en la tierra. Me dije a mi mismo con un asombro que nunca pude disipar: “el árbol de la vida”. A menudo compartía mi asombro con otros, y como nadie parecía comprenderlo (la vida está hecha así, a base de pequeñas soledades) lo olvidé.
Un tiempo después, hablando sobre abstracción en una clase, recurrí al ejemplo de Mondrian y su proceso de “esencialización” de un árbol en que lentamente, cuadro a cuadro, va limpiando la imagen de todo lo que para el “sobraba”, lo no esencial, llegando así a sus famosas pinturas de líneas verticales y horizontales y de cuadrados de colores puros. Recordé a Darwin y me pareció divertida la coincidencia, el biólogo inglés tratando de diagramar la esencia de la vida dibuja un árbol y el artista holandés tratando de representar un árbol descubre la esencia de la pintura. Atrapado por esta coincidencia revisé los textos de Darwin en el origen de las especies y encontré el siguiente fragmento:
“que llena con sus ramas rotas y muertas la superficie”
Hay algo hermoso en esa idea de que las especies fallidas, las que se extinguen, no desaparecen del todo, sino que sirven como sustrato para que surjan las nuevas. Siento que así funciona un poco mi pintura, un montón de capas de pigmento, que cubren otras capas que aparentemente se pierden, pero sin las cuales las exteriores no podrían sostenerse. Un proceso de prueba y error muy orgánico en el que la pintura, así como la vida, se hace camino y emerge en la superficie como puede, de la manera menos esperada.
No creo que el asunto este de los árboles se trate del tema de este proyecto en si, a lo mucho es algo anecdótico que se perderá en el relato interno y que poco importará, o por lo menos que no debería importar, a la hora de pararse frente a las pinturas. Una excusa nada mas, la verdad es que como todo pintor siempre ando buscando excusas para pintar. Algo que nos permita hablar en los márgenes de la pintura. Es que al final del día, de la pintura solo podemos hablar desde afuera, en el marco.